EL DOMINGO
“Una tragedia argentina” en el CCP
DE LA REDACCIÓN DE EL LITORAL
cultura@ellitoral.com
El próximo domingo, a las 21, subirá al escenario del Centro Cultural Provincial “Una tragedia argentina”, la obra de Daniel Dalmaroni que protagonizan los integrantes de la Comedia Universitaria 2008, dirigidos por Lito Senkman.
La Comedia se creó en 2003, en el ámbito de la Dirección de Cultura de la Universidad Nacional del Litoral. Se trata de un espacio artístico que abre y respalda la institución universitaria, representando desde su concepción la diversidad estética y de propuestas a partir de la rotación de sus directores, elencos y equipos de trabajo.
DE MIEDOS Y SECRETOS
Según consignó en El Litoral el crítico Roberto Schneider en oportunidad del estreno, “la excelencia en la construcción de “Una tragedia argentina’ tiene nombres propios: el director Lito Senkman y los actores Silvana Montemurri, Raúl Kreig, Raúl Eusebi, Vanina Monasterolo y Lucas Ranzani”.
La obra fue definida como “una lúcida, cercana, a veces trágica y a veces risible radiografía de la familia argentina que se aprecia en la escena, mostrando la pasión amorosa y sexual, la competencia entre mujeres y la tortuosa relación entre padres e hijos, el acomodamiento y la rutina, pero, sobre todo, los modos particulares de ser y hacerse familia de los argentinos. En el transcurso de la historia, el autor ingresa al interior de esa familia para sacar a luz los conflictos que la cruzan, sin abusar del dramatismo y por momentos con un piadoso manto de ternura que de algún modo la absuelve de crímenes y pecados.
“Surgen en el texto dalmariano los deseos que las costumbres prohíben y no se pueden cumplir sin atravesar un doloroso y a veces trágico conflicto; los secretos que se arrastran toda una vida sin revelarse, los miedos por situaciones que se supone han atravesado esos seres y que no se confiesan, los resentimientos o los turbios afectos que nunca pudieron ser puestos.
“Dalmaroni construye una tragicomedia que se desliza por distintos géneros y tonos con suma precisión, una fábula agridulce que entretiene y que, sin apelar a subrayados ni moralejas altisonantes, resulta incisiva respecto del discurso imperante sobre determinado modelo de familia argentina. Aparecen en escena los infortunios, los desencuentros y hasta las tragedias que no harán otra cosa que unir a sus dolorosos integrantes en una obra que no deja títere con cabeza y, menos, indiferente al espectador”.